Padres con hijos deportistas, reto u oportunidad

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La motivación inicial de los niños para hacer deporte es la diversión, para relacionarse con otros niños, para disfrutar.

Los padre deben recordar y preservar estas motivaciones.

Los padres quieren lo mejor para los hijos, esta es, o debería ser, la base para decidir la práctica de un deporte, esperan, por lo tanto, que se beneficien de lo bueno que da el deporte para crecer como persona.

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE UN DEPORTE:

Social; amistades, compañerismo, trabajo en equipo.

Emocional; conocer y compartir experiencias importantes emocionales con otras personas

Valores; superación, humildad, esfuerzo, sacrificio, compañerismo.

El deporte puede dar o ayudar a afianzar importantes valores como pueden ser; El orden y responsabilidad de la propiedad, ya sea de uno mismo o de lo ajeno, por ejemplo al preparar la bolsa de deporte, recoger el material común. La puntualidad, la responsabilidad, la disciplina, la generosidad ya sea con los compañeros o con los contrincantes, cohesión y trabajo en equipo… (Esto último les puede beneficiar en un futuro tanto en estudios como en el mundo laborar)

EDUCAR EN VALORES.

Pero para beneficiarse de estos aspectos es fundamental el papel de los padres y los entrenadores.

Los padres, no lo olvidemos, son el ejemplo, el molde, de sus hijos, así que, plantéate esta duda ¿qué valores quieres transmitir?

Estos valores y beneficios de los que hemos hablado se diluyen, o incluso desaparecen, cuando lo importante en el deporte pasa a ser el resultado. Es, en estos casos, cuando los niños-adolescentes pueden llegar a ser “jugadores sucios”, competitivos en extremo y, lo más importante, sufren emocionalmente y de forma excesiva sus derrotas o no disfrutan plenamente sus victorias principalmente porque, aunque ellos no sean conscientes, las asocian a una mayor o menor admiración por parte de sus padres. Se pierde de vista la motivación inicial y la diversión es desplazada por el reconocimiento de los demás respecto a los resultados. Para ser claros, cambian la diversión y placer, por ganar de alguna forma lo que deberían tener seguro, el cariño, respeto y orgullo de sus padres.

PARA MUCHOS PADRES SUS HIJOS SON Y DEBEN SER LOS MEJORES

No nos engañemos, hay padres que ven en los hijos un potencial económico (“este niño nos va a sacar de pobres”) y esta presión se irá adueñando del hijo y, poco a poco, se perderá el apego con los padres, el niño cuestionará las bases del amor de sus padres hacia él, ya que estas deberían ser únicamente por ser sus hijos, independientemente de los resultados que obtenga en el deporte o en cualquier otro ámbito, como por ejemplo los estudios.

Se puede apoyar la AMBICIÓN DE SUPERACIÓN pero pidiéndole, por ejemplo, que se esfuerce en función de lo que pide el entrenador, siguiendo sus indicaciones para no restar la autoridad del entrenador, pero no más.

Es su decisión: tengan o no talento, NO es una obligación, NO es una profesión.

PAPEL MOTIVADOR. 10 pautas para apoyar a tu hijo deportista.

Inicialmente los niños comienzan un deporte porque se divierte, les satisface, les gusta, esto ya lo hemos dejado claro, entonces ¿cómo debería ser ese apoyo y acompañamiento de los padres?

  1. Al empezar un nuevo deporte o cambio de equipo: hablar con el niño-adolescente explicándo lo que ello conlleva; responsabilidades y obligaciones, entrenamientos, cuidarse físicamente, respeto al entrenador y compañeros.
  2. Acompañar en la elección del deporte no por afinidad, entusiasmo o expectativas del padre, hay que hacerlo en base de los gustos del hijo.

¿Le preguntaste qué deporte le gustaba antes de elegirlo?

¿Para qué practica ese deporte?

  1. Es recomendable que, de vez en cuando, se repasen las razones familiares por las que el niño hace ese deporte:

¿Qué valores está aportando la práctica actual de dicho deporte?

¿Qué influencia tiene en su infancia o adolescencia?

¿Qué tipo de adulto está ayudando a construir dicha práctica deportiva?

  1. No dar órdenes desde la grada. Los padres no son los entrenadores, son fuente de apoyo y amor.
  2. Fomentar la deportividad con palabras, consejos y ejemplo. Enseñarle a aceptar la derrota con humildad.

No hablar mal de otros compañeros, entrenador o árbitro. Esto les resta respeto.

Si no hay confianza y respeto con los entrenadores es mejor sustituir el deporte, o el entrenador, ya que si no los hay por parte de los padres esto es lo que aprenderá el deportista.

Dar la mano a los compañeros, y contrincantes, demostrando que lo importante no es el resultado, es la práctica.

  1. NO DAR PREMIOS; está fuera de lugar, se pierde la motivación inicial. El dinero o premios se consiguen cuando es una profesión. Debe hacerse por pasarlo bien.
  2. Apoyarles en situaciones adversas; lesiones, problemas en el equipo, entrenadores que no les apoyan, derrotas, etc. Ayudarles a verlas como retos y mostrarles que la superación de las mismas les proporciona crecimiento y fortaleza mental y aumentará su autoestima.

Aceptar las limitaciones del niño haciéndole ver que le amarás sean cual sean los resultados.

  1. Antes de las competiciones:
  • Ayudar a disminuir la presión de los hijos, destacando la diversión y mejora.
  • Recomendar que escuchen a los entrenadores.
  • Fomentar la deportividad.
  • Animar centrándose en el esfuerzo.
  • No centrar la atención en los errores.
  1. Después

Habla y ESCUCHA DE FORMA ACTIVA a tu hijo, sin meter presión, dejándole que se exprese.

  • Centrar la conversación en potenciar los valores que son importantes para la familia; superación, esfuerzo, diversión.
  • Apoyar se gane o se pierda. La frase “lo importante es divertirse” debería recordarse en ambas ocasiones, no sólo cuando se pierde.

Estoy orgulloso de que te levantes y hagas el esfuerzo, de que disfrutes.

Has jugado muy concentrado

Has sabido administrar tus fuerzas.

Me ha gustado ver lo bien que te lo has pasado con los compañeros.

  • Hablar sobre las sensaciones y emociones surgidas; el cansancio, la concentración, miedo, inseguridad.
  • No motivar para hacer más de lo que el entrenador pida.
  • Evitar los comentarios sobre el resultado o la clasificación, evitar “analizar y criticar los actos del niño”

No estás pendiente.

No estás concentrado.

Mira que fallar ese punto….

Con esta actitud, el niño se siente el evaluado por sus padres con lo que se pierde la finalidad inicial del deporte (la diversión, relacionarse, salud…)

Los progenitores, con este tipo de comportamiento, y, la mayor parte de las veces ignorándolo, maltratan la autoestima del niño ya que ellos deben ser el apoyo, el amor, no la crítica.

El deporte es para pasarlo bien

  1. Practica algún deporte para demostrarle los beneficios del mismo. La falta de coherencia resta autoridad a los padres. Esta no se gana gritando o siendo duro, la autoridad se gana siendo coherente.

Hay un lugar donde el entrenador no puede llegar, la parte más emocional.

Aprovecha la oportunidad que te da el deporte para hacerle saber que siempre estarás ahí.

Edurne San Vincente

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